Design thinking: una metodología que transforma la educación

A menudo, en la historia, la educación ha sido vista como un proceso lineal de adquisición de conocimientos, en el que los docentes “llenan” como un recipiente la cabeza de los pequeños. Afortunadamente esa concepción es vieja y son pocos los lugares donde aún es percibida de esta manera; sin embargo, todavía faltan muchos pasos rumbo a una transformación de los procesos educativos.

 Es por ello que en el Colegio Sn Ángel hemos creado un modelo educativo único que cambie por completo la forma de concebir la educación: en nuestra institución no buscamos lograr una sola adquisición de conocimientos, sino algo más complejo y satisfactorio: aprender a pensar.

Aprender a practicar el pensamiento se convierte así en una herramienta invaluable que convertirá a los estudiantes en ciudadanos exitosos, capaces de transformar y mejorar su persona, su entorno inmediato y su medio social, utilizando todos los medios académicos tradicionales: las materias establecidas por la Secretaría de Educación Pública, que no dejan de ser valiosas e importantes, más agregando asignaturas innovadoras que hagan posible una educación trascendente, de vanguardia que sea verdaderamente útil para los aprendientes.

Así nació Design thinking, una metodología que en los últimos años se ha posicionado por su relevancia y éxito en los ámbitos empresariales y educativos.

En el Colegio Sn Ángel, Design thinking busca dotar de sentido el trabajo diario en las aulas físicas y virtuales. Algunos de sus logros observados en la experiencia escolar de nuestra institución son:

• Autovaloración: Los estudiantes saben que todas sus ideas son valiosas, si bien no todas tendrán éxito, sí pueden contribuir en el proceso de creación y aprendizaje, eliminando la idea de lo incorrecto e incrementando la autoestima de los niños, niñas y adolescentes.
• Empatía: Al mismo tiempo, nuestros estudiantes descubren y observan el valor del trabajo ajeno, incorporándose en proyectos y apoyando a sus compañeros, en auténticos espacios colaborativos.
• Emprendimiento: las ganas de crear se incrementan en diferentes niveles. De las aulas surgen proyectos escolares, personales e incluso empresariales que son incentivados a través de lo institucional para dar frutos reales para los chicos.
• Solución de problemas:  Para los chicos expuestos a este modelo, los problemas son retos que pueden ser solucionados con la imaginación y el trabajo conjunto, comenzando con el análisis de variables, el pensamiento libre, el pensamiento lateral hasta llegar a la mejor de las soluciones.
• Compromiso: Los estudiantes comprenden que los progresos en cada reto son responsabilidad de ellos mismos, pues son los dueños de su propio aprendizaje. De esta forma se incrementa el compromiso que ponen en cada área de su formación.
• Evolución:  El proceso educativo se vuelve un proceso de mejora. Los estudiantes y sus mentores refinarán el trabajo hasta que el joven o niño lo decida. Al tratarse de una metodología, los pasos aplicados en construir su aprendizaje son trasladados a su vida diaria.

Por redacción Sn. Ángel